Reseñas Fotográficas

Ecos de un viaje; Melissa Aldana Quartet

Por Vicente Alessandri Basaure
Fotos por Agustín León

Este jueves 14 de septiembre, gracias a la colaboración de STGOFUSION y el Teatro Nescafé de las Artes, tuvimos la suerte de conocer el proyecto más reciente de Melissa Aldana en vivo. Luego de un año, la destacadísima figura del jazz volvió a su país de origen para adelantar de forma exclusiva algunas canciones de “Ecos del profeta interno”, su próximo álbum.

Trío Holman

Los encargados de echar a rodar la noche fueron nada más ni nada menos que el Holman Trío. Los tres músicos nacionales, en un set corto pero contundente, nos entregaron un explosión de etnojazz, en donde la cualidad armónica del bajo destacó entre una serie de ritmos tradicionales de la región.

Las cuatro canciones intercalaron algunos pasajes de tono más bien lírico con arranques de mucha fuerza y energía. En palabras del propio Ernesto Holman, trajeron el “newen” que todos necesitábamos para sacudirnos el cansancio de la semana, botar el nerviosismo y conectarnos de lleno con la música. Así, después del virtuoso desplante rítmico de “Choike y cueca”, quedamos listos para recibir el plato fuerte de la noche.

Melissa Aldana Quartet

Melissa Aldana volvió a Chile para poner su larga tradición familiar, su experiencia junto a figuras históricas en Nueva York y toda su creatividad personal al servicio de un espectáculo íntimo. La primera sudamericana en ganar el Thelonious Monk Jazz Competition y su saxofón tenor nos presentaron una selección de canciones de tono introspectivo y meditativo.

En esta ocasión, el cuarteto de Melissa Aldana estuvo conformado por una constelación de figuras de la escena neoyorquina. El contrabajo estuvo a cargo de Pablo Menares, uno de los contrabajistas más sobresalientes de su generación, quien se trasladó a la capital del jazz en el año 2009. Su estilo elegante y lírico le entregó profundidad al cuarteto y un fondo melódico al resto de los instrumentos.

En el piano, Glenn Zaleski logró aportar equilibrio al conjunto. El músico norteamericano es uno de los pianistas más demandados de la escena neoyorquina, y dejó en evidencia las razones con su elegante y lúdico desplante.

En batería, Kush Abadey fue un espectáculo de energía bien contenida y rigurosidad técnica. Su capacidad para establecer diálogos con el contrabajo, empujar el tempo del conjunto y tomar el rol protagónico en los últimos pasajes del espectáculo le valió una función importantísima en el viaje de Aldana.

Los ecos de un viaje

Melissa Aldana nos hizo el regalo de presentarnos, de forma inédita, algunas de las canciones de su próximo disco. Si el último trabajo de la artista, titulado “12 stars” en honor a las doce estrellas que componen la corona de La Emperatriz (arcano III en el tarot), nos relató la crisis de Aldana durante el confinamiento de la pandemia, el nuevo álbum “Ecos del profeta interno” es una continuación de este viaje íntimo hacia las profundidades del ser.

“Ecos del profeta interno”, “Unconscious whispers” y “Una historia”, las tres primeras canciones del espectáculo, nos introdujeron en el tono de este nuevo proyecto musical. Como en cualquier viaje interno, los momentos de calma se alternaron con pasajes de conflicto y tensión emocional.

Los cuatro artistas hicieron gala de su gran sinergia y complicidad, turnándose con naturalidad los momentos de protagonismo, como si entraran y salieran en un mismo foco de luz. En especial, el contrabajo y la batería mantuvieron un ida y vuelta a lo largo de toda la presentación, tirando y aflojando para sacar a relucir lo mejor de cada uno. El piano aportó equilibrio al espectáculo e intensidad a los momentos de mayor tensión emocional.

Muy probablemente, el momento cúlmine del viaje llegó justo antes del final, cuando Melissa Aldana nos dejó ver una versión sincera y vulnerable. Hacia la última canción, su saxofón tenor nos regaló la muestra perfecta de conexión entre el virtuosismo técnico, la sensibilidad estética y la creatividad formal y conceptual.

Toda la tensión contenida y acumulada en el viaje al cual nos invitó Melissa Aldana se liberó musicalmente, para darle cierre a una noche redonda. Finalmente, quedamos mucho más que agradecidos de que los ecos del viaje de Melissa hayan cruzado el continente y la hayan traído de vuelta hasta su tierra de origen.

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