Los Bunkers cerraron su gira “Ven aquí” con un concierto que estremeció el Estadio Nacional

Nota por Patricia Abarzua
Fotos por Nicolas Salinas
La guinda de la torta: muchos fanáticos sufrieron por la separación de Lo Bunkers en 2014. Según el chismecito no hubo ningún tipo de rencilla. El distanciamiento se debió al cansancio y a los distintos proyectos personales de los integrantes. Pero, como después de la tormenta siempre sale el sol, la tristeza se terminó con el magistral regreso de la banda. “Ven aquí” fue la gira con la que retornaron oficialmente a los escenarios, pasando por distintas regiones y culminando en el Estadio Nacional. El recinto deportivo fue el lugar escogido por los penquistas para sellar con broche de oro el “largo tour”, agotando rápidamente dos fechas (27 y 28 de abril). Sin duda, un show excepcional que marca un hito histórico en nuestro país y que manifiesta que el rock chileno no había muerto, solo se había tomado un descanso.
La previa: el magnifico Pedropiedra se encargó de abrir el espectáculo con sus clásicos dosmileros como “Inteligencia dormida” o “Vacaciones en el más allá” y también, incluyendo sus éxitos más recientes como “Valor” y “Para siempre joven”. Seguido por Fabrizio Copano (el autodenominado “nuevo Kike Morandé”) quien, por primera vez, llevó el stand up comedy al Nacional con una muy breve rutina llena de referencias a Los Bunkers, designándolos como “la banda mas importante de la historia de Chile” y relatando la cercanía que tiene con los artistas. Inevitablemente, se nos viene a la memoria el legendario crossover que tuvieron con “El club de la comedia” en el festival de Viña. Vinculo que se inició años atrás en la presentación de Sergio Freire, donde contaba que los confundían con los músicos. Aun nos preguntamos “¿Pero que Bunker es el Guatón Salinas?”. En fin, Dj Marcelo Aldunate fue el último invitado de esta previa. Sin embargo, a lo largo del espectáculo aparecieron más amigos: el elenco de 31 Minutos y, por supuesto, el personaje favorito de los niños (según el mismo), Guaripolo, quien declaró que estaba rellenando mientras Los Bunkers se cambiaban de escenario y se tomaban un juguito.
El show: a las 21 hrs (muy puntuales) comenzó la presentación. “Si no hay nadie a quien quieras hablar por esta noche llámame” entonó Álvaro, apareciendo en el escenario con sus inigualables pasos de baile. Mauricio, Gonzalo y Francisco concentrados en sus instrumentos, al igual que Cancamusa, relevando temporalmente (y con mucho talento) a Mauricio Basualto en la batería. “No sabes cuanto te esperé” coreaban gritando, los miles de fans que repletaron todos los espacios del estadio. Luego, un éxito tras otro, sin parar. Un recorrido de horas por la discografía de años. Nos hace transitar, de manera fugaz, desde la nostalgia de los 90; de Los Biotles o Los Pol Chefer Band, de esos “cabros chicos” que se parecían a los Beatles y sonaban un poco a los Kinks y un poco a Bob Dylan, que mezclaban el rock clásico, con la psicodelia, el folklore, la balada y la electrónica. Hasta la madurez de hoy que no pierde esa esencia; que sigue innovando de forma consagrada y que cada vez reafirma con mayor énfasis esas solidas consignas que se incrementan con las vivencias sociales creadas por el guionista de Chile. Un trayecto musical sin orden cronológico, caótico, que nos hace pasar de una sensación a otra. Bailar, cantar, gritar, llorar, reflexionar, etc. Pasado, presente, Silvio Rodríguez, Violeta Parra, Víctor Jara. Todo confluyó en esa sinfonía Bunkeriana de aproximadamente 3 horas.
En este sentido, lo más comentado y emotivo del concierto fue el momento del memorial. Donde tocaron temas de su primer disco como “El Detenido” y “Entre mis brazos” y Covers como “La exiliada del sur”. Con la siguiente frase de fondo: “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”. Mientras, Mauricio Duran compartía su reflexión en torno al contexto de violencia: “En días como estos, en que uno se reúne aquí, uno siempre se pregunta: ¿por qué uno canta? ¿Por qué vinimos a un concierto a cantar? Supongo que no nos queda más que aferrarnos a una idea un poco inocente de sentirnos un poco más acompañados en días que son turbulentos. Este lugar es muy especial porque se construyó para recibir y multiplicar la alegría de un país, este estadio, pero la historia también nos ha demostrado que un lugar tan bello como este, en manos equivocadas, puede transformarse rápidamente en la vasija de mucho dolor y de mucho miedo”. Haciendo referencia al aprendizaje que deben dejar los errores históricos para formar futuras comunidades más fraternas y menos crueles.

Finalmente, un tercer y cuarto bloque de “jitazos” y más “jitazos”: Ángel para un final, Fantasías animadas de ayer y hoy, Deudas, Pobre Corazón, Nada nuevo bajo el sol, Bailando solo, Miño, Canción para mañana, No me hables de sufrir y, ¿cómo no?, Llueve sobre la ciudad, para rematar la épica presentación de esta banda que marcó a una generación con su estética (sus peinados “estilo Bunker”) y obvio, con su música y consignas. Hasta aquí mi reporte, Tulio.
Setlist
Ven aquí
Te vistes y te vas
Yo sembré mis penas de amor en tu jardín
Miéntele
Canción de lejos
Quién fuera
Bajo los árboles
Si estás pensando mal de mí
Ahora que no estás
La velocidad de la luz (Dedicada a Mauricio Basualto)
Rey
El necio
La exiliada del sur
Calles de Talcahuano
El detenido
Entre mis brazos
Una nube cuelga sobre mí
Las cosas que cambié y dejé por ti
Noviembre
Ángel para un final
Fantasías animadas de ayer y hoy
Deudas
Pobre Corazón
El mismo lugar
Tarde
Abril
Nada nuevo bajo el sol
Bailando solo
Miño
El derecho de vivir en paz
Canción para mañana
No me hables de sufrir
Llueve sobre la ciudad
Revisa la galería completa de la segunda fecha de los Bunkers en el Estadio Nacional: