Un confesionario de Archy Marshall: Reseña de King Krule en Chile.

Nota por Maximiliano Alonso
Fotografías por Simón Olave
La agrupación encabezada por Archy Marshall llegó a Chile en el contexto de la gira Space Heavy Tour, en su pasada por Sudamérica contemplaron visitas a las ciudades de São Paulo, Buenos Aires, Ciudad de México y nuestra capital. La cita fue en el Teatro Coliseo el miércoles 6 de marzo recién pasado, llegué a eso de las 20:15 y me topé con el show que antecedía a King Krule, era Dadalú que al igual que la banda londinense es difícil de encasillarla con una etiqueta en torno a su propuesta, así que me hizo mucho sentido que haya teloneado esta velada.
Entre el público tuve la oportunidad de encontrarme con un amigo de internet, Nicolás: Profesor, fotógrafo y papá. Empezamos a comentar sobre el concierto que veriamos, más que las espectativas hablamos de las cosas que nos hacian sentido y conectaban con King Krule, de qué iban las letras del vocalista Archy Marshall, coqueteando con Baudelaire y la figura de un poeta maldito en sus canciones iniciales, muy viceral y propio para unos tempranos 14 años, edad que comenzó su carrera musical, actualmente Archy tiene 29 años y recién este año entrará a los 30.

Y conversamos de su última etapa donde según entrevistas él habla de las repercuciones que ha tenido la paternidad en su proyecto, como va interconectada esa experiencia y como el tono de su propuesta ¿Cambió en algo más esperanzador?, aunque él lo pone en duda ya que solo lo ve como un paso de su propia evolución no solo como artista si no como persona.
También hablamos de las cosas que nos sonaban al escucharlo, hablamos por ejemplo de que a veces nos recordaba a Chet Baker cuando presentaba una balada tierna, o cuando esa voz resonaba de forma más oscura y transitaba entre la rasposidad de Tom Waits y los gritos de un sonido punk: Sucio y honesto. También cuando Archy rapea me recuerda a la propuesta inicial de Tyler The Creator en Odd Future y también al sonido oscuro de distintas herencias musicales británicas, desde el trip-hop e incluso el post-punk.
Mi reloj indicaba las 21:11 cuando comenzó el show, el público empezó a gritar por la entrada de cada integrante de la banda, Archy se acomodó frente al micrófono portando su guitarra y empezaron los primeros acordes de Perfecto Miserable, hermosa y romántica, como reza su título, un sujeto agradecido de un amor a sabiendas de lo volátil que se puede ser. La silueta del vocalista estaba marcada por una luz tenue que aún escondía a la banda en la oscuridad del teatro. Empieza a sonar una llamada telefónica, la antesala a Alone, Omen 3. Un rap con acordés instrumentales que habla de la soledad “You’re not alone, Sometimes you’re stressed”, eso nos reza en el micrófono Archy y lo agradecemos.

El bajo de Dum Surfer se revienta en los parlantes, la canción se siente más oscura de lo que ya es dada las características acústicas del teatro, deficientes pero funcionales a la voz profunda del artista. En ese momento dejé de distraerme en lo pésimo que se escucha el lugar para centrarme en avanzar hacia adelante entre saltos, empujones, codazos, malas caras, varias eufóricas, era parte de esa masa hambrienta repitiendo el mantra “Dumb surfer, don’t suffer”.
Cellular, sintetizadores guiados por un bajo como actor principal y adornado por el saxo del argentino radicado en Londres Ignacio “Galgo” Salvadores. Esta no va ser su primera intervención, ni lejos. Es un engranaje demasiado importante para la banda e incluso cuando su instrumento está ausente el baila siendo una mímesis del público, el nos representa en el escenario.
A Lizard State es el baile prometido entre bronces y un rock frenético para un amor difícil. Frenamos con la melancólica Space Heavy y es seguida por los sintetizadores iniciales de Flimsier, el hilo conductor es el diálogo con un tercero, hay amor pero hay angustia de la vida misma, no querer ir al trabajo y promesas, la belleza radica en la incertidumbre y eso está bien.

Estas últimas dos canciones son de su último disco Space Heavy (2023) el cual vienen promocionando en esta gira y reflejan muy bien el sentir más resolutivo en las emociones de Archy, hace sentido el cambio de dirección marcado por experiencias personales como la paternidad y crecer.
Seagirl continua en la misma tónica pero hay respuesta, la voz de la cantante Raveena resuena y entendemos la conversación. No literalmente por la letra sino por lo que nos hace sentir.
La atmosféricas (A Slide In) New Drugs y The Ooz nos calmaron, y después continuaron con Easy Easy, una canción que podría haber estado perfectamente en los demos iniciales de New Order, hay tristeza de una vida dura, pero nos acompañamos en el hastío y lo difícil que es sostenerse en el ritmo de vida moderno.
Stoned again tiene rabia, “atrapada” como el sentido mismo de su letra, la banda responde como debe ser, de manera desgarradora. Es el antiguo Archy y la elección para contrastar con su yo actual tiene nombre: Seaforth, esperanzadora y no insulsa, de las canciones más luminosas del artista. Continua el recital con Underclass, volvemos a un estado más tormentoso para continuar con Baby Blue, en esta parte del recital se dió la batería de baladas emotivas de la jornada.
Resuenan los acordes de la movida Rock Bottom, se puede bailar de nuevo y el público responde, la sensación de nostalgia se agradece mucho y no porque sea una canción vieja o lenta, más bien resuena el recuerdo de momentos no vividos, es bacán cuando uno se encuentra con esa sensación en una canción.
Half Man, Half Shark tiene muchos momentos, es una cancion que está arriba y el contrapunto va con If Only it was Warmth, lenta e hipnótica, la voz nos absorbe en la sensación de decepción de una sensibilidad.
Entre ovaciones se da por finalizado el recital, de los puntos destacables de la jornada fue la interacción de la banda con el público en donde pudimos levantar las manos a petición del goce hilarante de Marshall, como también una dinámica donde invitaba al público a maullar como gatos.
El escenario se vaciaba pero quedaban micrófonos instalados, dándonos el alivio de que este es el encore y la jornada va a tener su verdadero final con la canción Out Getting Ribs del primer larga duración de la banda 6 Feet Beneath the Moon (2013), primera época de Archy, letra honesta como comentaba más arriba, propia de la vitalidad de la adolescencia: Entre lamentación, rabia, declaración y franqueza.

Siendo ya cerca de las 23:00 termina el show, con un público satisfecho y ansioso. Yo con mi amigo Nicolás nos fuimos a tomar unas latas a la Plaza Bulnes, para continuar con el espíritu de las letras de Marshall: Hablar de relaciones, resoluciones propias de la vida adulta y llegar a la casa un poco curao.
King Krule es de esos artistas difíciles de definir, no porque falten calificativos y descripciones técnicas muy acabadas en torno a su obra, si no porque al igual que un individuo la música de Archy Marshall es su propio universo, no hay un orden coherente y caer en calificativos como “es música ecléctica” es no entender que los mundos interiores, las emociones nunca han sido regidas por un orden lógico, la invitación de la propuesta de Marshall es disfrutar del viaje de las multiples capas de una identidad, desde los pasajes más oscuros hasta los matices más luminosos de su particular mirada del mundo y la incertidumbre.
“And find me those big sad eyes
I lay down on the empty streets
That always seem to lead me to you”
Escrito por Maximiliano Alonso
ig: @incendioceleste