Maldito “fokin” show. El cuarteto de nos regresó a Chile para presentar su disco “Lamina Once” con uno de los mejores conciertos del año en el teatro Caupolicán

Nota por Fredda Kruegger
Fotos por @telepatia_ph/Family First
Advertencia: esta nota está escrita por una fanática de la banda. Por lo tanto, lo único negativo que se podrá leer sobre este recital, es que se acabó.
En el marco de su gira internacional “Tour Lamina Once 2023”, el cuarteto uruguayo (conformado irónicamente por 5 integrantes) se presentó por dos noches consecutivas en nuestro país, con el fin de reencontrarse con sus queridos seguidores. Sin embargo, las entradas se agotaron con supervelocidad y muchos tuvieron la desdicha de quedar fuera, a pesar de que se consideraba un evento de alta convocatoria (para 10 mil espectadores). Entonces ¿Por qué tantas personas quieren ver a este conjunto musical en vivo? ¿Por qué genera tanto entusiasmo? ¿CÓMO ES POSIBLE ESTE SUCESO?

Mas de 40 años de trayectoria, 17 discos, 1 podcast y muchos premios (para no dar la lata con la lista); letras extensas e inteligentes, humor negro, crítica social, existencialismo, anécdotas, literatura e intertextualidad o en términos más simples, referencias intelectualoides y de la cultura pop. Músicos de alta creatividad y políticamente incorrectos que le devuelven al rock ese gesto de contracultura que debería llevar por esencia, a través de un discurso interpelador y rabioso contra el orden establecido. Arte de protesta, MAS PUNK QUE SID VICIOUS. Asimismo, su sonido potente, pegadizo e indefinible. Una mezcla rara de armonías electrónicas, hiphoperas y rockeras que cuida cada tono y cada verso. En fin, una banda que “no precisa identificación”, ingeniosa y atípica que abraza una chispa divertida y que encierra una propuesta irrepetible. Filosofía popular donde el chiste no impide el pensamiento. ¿Ahora se comprende el fanatismo?

“Aquí estoy esperando que cambie el mundo…” entonó nuestro carismático Roberto Musso para dar inicio al espectáculo. Lo que siguió, fue una presentación tan dinámica que hizo llorar, reír, reflexionar, saltar y bailar al público con los clásicos; “No llora”, “El hijo de Hernández”, “Buen día Benito”, “Yendo a la casa de Damián” y “Enamorado tuyo” respectivamente. Más de dos horas duró la euforia de los asistentes, que en todo momento derrochaban energía al cantar gritando cada canción con emoción. En efecto, hubo diversos momentos especiales en la jornada; la batalla de gallos contra Kathy la computadora (“Contrapunto para humano y computadora”), anécdotas varias en las pausas como el chiste sobre el espacio y tiempo que no se pudo contar porque no era el lugar ni el momento indicado, o como el relato de la historia de la banda, el instante de Alvin el batero o el típico “no nos vamos ni cagando” que se escuchaba de forma masiva entre los asistentes. Spoiler: al final si se fueron.

En resumen, un concierto extraordinario; muy difícil de describir con palabras porque, al igual que el EJE, tienes que vivirlo. Contó con una puesta en escena estimulante, el excelente sonido en directo que caracteriza a la pandilla y, por supuesto, un increíble repertorio musical que incluyó sus mejores melodías. Por último, ¿Si fue tan bueno por qué esto se titula Maldito “fokin” show? Porque (como otros fans compartirán conmigo) nunca vamos a superarlo. Es decir, ¿Cómo se vuelve a la vida normal o a la rutina de “Mario Neta” diaria después de esto? “Yo me siento como que ya estoy desvacia”. Así que para los futuros recitales de El cuarteto de nos, vaya bajo su propio riesgo. Puede quedar con una sensación de “Ya no se que hacer conmigo” y de “Ahora solo existe en mi memoria”.




