Down, Set, Go: Underoath en Chile

Por Maximiliano Alonso
Fotos por Elizabeth González
Junto a Eli, mi compañera fotógrafa, llegamos temprano al Teatro Teletón para discutir como íbamos abordar la jornada que se nos venía y antes de asomarnos a la entrada del recinto, por el costado de los estacionamientos, vimos como llegaba el furgón que transportaba a Spencer Chamberlain, Timothy McTague, Grant Brandell, Aaron Gillespie y Christopher Dudley, la formación con la cual se presentaría por tercera vez en el país Underoath.Esta pareja de treintañeros que iba a solo a cubrir un evento volvió a la época del liceo de pura emoción, donde tuvieron su primer encuentro con la banda oriunda de Tampa, Florida (EEUU).

La entrada al recinto fue expedita y no exenta de preocupaciones dado que no había mucha gente en el teatro. Muchas ideas se nos cruzaron ¿Valor de la entrada? ¿Vacaciones en Santiago? Pero todas esas preocupaciones propias de la ansiedad se fueron desvaneciendo al llenarse poco a poco el recinto. El espacio estaba copado de gente expectante que observaba los instrumentos dispuestos en un amplio escenario, con una gráfica de fondo con el nombre de la banda en una estética como de video análogo, ligado al arte de su último larga duración Voyeurist (2022).
A eso de las 20:45 y sin mucho preámbulo comienza el show con la canción Take a Breath, una canción potente que nos sirve como declaración de intenciones del actual sonido de la banda. Sin alejarse de los espacios comunes de la agrupación: Riffs abrumadores, acordes melódicos y atmosféricos sintetizadores.

La canción sirvió como un precalentamiento a los primeros himnos de la noche: Writing of the walls y In regards to myself. El público responde gritando a cada una de estas canciones, haciéndonos conectar directamente con la energía desplegada por los gritos de Spencer, la sinérgia de Timothy en su guitarra y Grant comandando el bajo, Christopher manejando entre pasos de baile los sintetizadores y la fuerza de las baterías bajo el correcto control de Aaron, sin olvidar su característica voz.
Las luces del escenario acompañaban de buena manera los paisajes sonoros a los cuales nos quería llevar la banda, el excesivo uso de las máquinas de humo abrían la interrogante ¿Esto es parte de la propuesta de la performance o simplemente un despropósito de producción?. A fin de cuentas Underoath volvía a nosotros y nosotros estábamos con ellos.

El siguiente despliegue de canciones fue un cruce entre el sonido depurado del mantra Hallelujah seguida por los primeros acordes de la explosiva It’s Dangerous Business Walking Out Your Front Door. El ambiente que ya nos estaba erizando la piel no nos dió descanso y continuó con Breathing in a new mentality e Illuminator, esta canción fué el único exponente del album Ø (Disambiguation) (2010).
Too Bright To See, Too Loud To Hear del album Lost in the Sound of Separation (2008) fue el descanso físico, no así un descanso emocional dada la atmósfera con la que iba creciendo esta canción hasta estallar en el fraseo: “Still get us home, how can we still get home?” Y después lo que venía ya era un recordatorio de por qué nos gusta tanto Underoath: Reinventing Your Exit, You’re Ever So Inviting, Let go y Damn Excuses. Canciones de distintos periodos pero ligados con la inercia generada por la propuesta en vivo de la banda, estábamos gravitando alrededor de ellos.

Acá dejo un pequeño espacio a uno de mis favoritos y el cual se hizo presente en esta noche: Down, Set, Go. Una canción que se mantiene fresca como la fuerza vital de un amor adolescente, hoy todos los componentes de la banda me hablaron directo a los ojos; mi pasado y presente fueron uno.
A Moment Suspended In Time fue la penúltima joyita de la noche y una de las canciones que me hace recordar porque es tan bacán volver a escuchar una y otra vez el album Define the Great Line (2006).
Y la jornada finalizó con la icónica A Boy Brushed Red Living In Black And White del album They’re Only Chasing Safety (2004). Tal vez no es la canción más depurada y técnica de la agrupación pero lo que me provocan Aaron y Spencer intercalando sus timbres de voz, rematando con los gritos de este último, es tan genuino y honesto junto al cambio de melodía acompañada por la desgarradora declaración de Spencer: “In this moment that we both ignore the truth, It’s all over, it’s all over, I feel your heart against mine, So take a breath and close your eyes, eyes.”Hace que esta canción sea por derecho propio una carta de presentación de la banda, uno de sus mejores himnos.
Esto último podría estar perfectamente en discusión dada la ausencia de otro favorito de muchos: When the Sun Sleeps del album The Changing of Times (2002). Este album fue el puntapie inicial a la era moderna de la banda, con un sonido más similar al post-hardcore y metal-core desarrollado en los albumes posteriores a diferencia de los seminales Act of Depression (1999) y el Cries of the Past (2000) con un sonido más cercano al death metal.

¿Por qué me detengo acá? Porque la gente exigió esta canción en distintos momentos de la jornada y Spencer Chamberlain en la complicidad generada con el público chileno entabló un diálogo en el cual prometió que en la próxima vuelta al país tocarían si o si esta canción. Esperemos que esta deuda sea cumplida en los próximos años.
Volver a ver Underoath en vivo es como volver a hablar con un amigo con el cual te distanciaste, sin rencores acumulados o nada mal intencionado, solo la vida misma abriendo distintas bifurcaciones, por eso disfrutamos tanto de los reencuentros en estas instancias, porque lo que estaba congelado vuelve a ser cálido y ese cariño vuelve a brotar como un amor puro. A pesar de que los paisajes que nos rodean en ciertos momentos puedan ser aciagos, siempre podemos cerrar los ojos esta noche mientras el sol duerme.
“You’ll be a memory (be a memory)”.
Escrito por Maximiliano Alonso
ig: @incendioceleste